Por Jorge Velasco

Sin duda una de las más grandes cantantes de jazz, a secas. En el paraíso de los músicos se ha formado un cuarteto celestial: Ella, Sarah, Billie y Anita.

Nació como Anita Belle Colton, el 18 de diciembre de 1919 en Chicago, Illinois (otros ubican su nacimiento el 18 de octubre de 1919 en Kansas City, Missouri). De todos modos se cría en la pobreza en Chicago y sobrevive a los años de la depresión actuando en las populares maratones de baile maravillosamente descriptas por Horace McCoy en “¿Acaso no matan a los caballos?” y que servían de válvula de escape a la mayoría de los norteamericanos llevados a la miseria por el crack de Wall Street (¿quién estará cantado en estos días?). Fue en ese tiempo en el que adoptó su nombre artístico, ella misma confiesa que su elección tuvo que ver con que en el argot O`Day significa guita, que era lo que ella quería obtener.

Y aquí las historias vuelven a cruzarse, es rechazada por Benny Goodman que prefiere a Peggy Lee, así que en ese mismo año de 1941 se une a la orquesta de Gene Krupa que contaba con el gran trompetista y cantante Roy Eldridge, que sorprende al público y crítica a través de la química que logra con Anita, coprotagonizando con “Left me off uptown” uno de los primeros duetos interraciales de la historia. Ese mismo año la revista Down Beat la nomina “Nueva estrella del año” y el año siguiente la coloca en el top five de las cantantes de Big Bands.
En 1943 se casa y deja la banda de Krupa ya que éste va preso por posesión de drogas. Se muda a California y recala en la orquesta de Stan Kenton donde vuelve a relumbrar. En 1945 retorna a la banda de Krupa que contaba entre otros con el maravilloso pianista Dodo Marmarosa y el clarinetista Buddy De Franco. En los 50 comienza su carrera como solista y firma para el nuevo sello de jazz Verve, bajo la producción de Norman Granz, allí graba estupendos discos.
Mientras tanto la vida de Anita era un huracán incontrolable de drogas, alcohol, matrimonios, abortos y divorcios. Estuvo presa en 1947 y en 1952, cuando su adicción a la heroína estuvo a punto de costarle la vida, realizó un tratamiento de rehabilitación en los 60, gracias al cual pudo continuar con su carrera, por la cual nadie daba un centavo. De hecho siguió cantando hasta los ochenta y seis años (drama con final feliz, a diferencia de Billie). Muere el 23 de noviembre de 2005, en Los Ángeles, a raíz de una neumonía.
Dejo a Anita con una imagen, la de su vestido acampanado y su capelina en el Festival de Jazz de Newport de 1958, preservada en el famoso documental “Jazz en una noche de verano”.
Sin el rango de voz de Sarah, ni el scat inimitable de Ella, ni la intensidad emocional de Billie, su contagioso sentido del swing la coloca entre las grandes.

Discografía:
1- Anita O´Day with Gene Krupa
2- Anita swings Cole Porter.

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