«Escribo como si boxeara» – Leila Guerriero

Por Jorge Velasco

Empiezo con la más aguerrida. Escribe con la imperturbable fiereza de Carlos Monzón y con la intangibilidad de Nicolino Locche.

Es difícil recomendar un solo libro, ya que he leído con asombro gran parte de su obra.

Desde el momento en que alguien muy importante en mi vida me acercó Plano Americano, no pude detenerme en cada cosa que escribió, escribe y dice. Esta cronista tiene el don de estar ahí y, con su mirada, nos sumerge en la identidad de esa persona, sea un ignoto bailarín de malambo o una figura célebre como Bruno Gelber. Soberbiamente soberbia, les ruego no se la pierdan.

Un libro: Teoría de la gravedad, implacable con ella misma, poniendo el cuerpo por dentro y por fuera. Y no cumpliendo con la promesa de un solo libro, está el último, La llamada. Ma sí, lean todo lo de Leila, la recomiendo a cada quien se me cruza y aquí lo hago por escrito. A quien trato de agradecer en esta pretendida poesía:

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Vivo boxeando,
tiro un uppercut de derecha,
pero recibo un puñetazo en el ojo izquierdo.
Me sacas el cuerpo y mi gancho engancha el aire.
Me bailoteas la vida hasta marearme.
Yo me abrazo a puro clinch.
Y nos separan,
en vez de besarte a vos,
beso la lona,
sangrando por la boca.
Me cuentan hasta diez.
Nocaut.
Boxeo pero pierdo,
no me bajo del ring,
siempre boxeando.
Aunque hoy esté perdiendo,
mañana quizás, quién sabe.
Así que entreno,
pegándole a la bolsa,
saltando la cuerda,
sparrings tengo de sobra.
Le levantan la mano a Leila,
bien ganado.
Yo sigo a las trompadas.
Escribiendo.

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