Parece un nombre artístico o un apodo, pero no, con este nombre nació el 28 de abril de 1926 en East Durham, Estado de New York, esta pianista y cantante de la suave voz, aun hoy no reconocida como se debiera, sobre todo en nuestras playas.
De padre descendiente de escoceses e irlandeses, barman de profesión, por supuesto, y madre nacida en Oslo, Noruega. A los dos años ya muestra interés por la música y se sienta al piano sobre la falda de su madre; apenas un año después decide convertirse en música, toma su primera lección de piano a los cinco años y a los diez se muda con un hermanastro a Washington DC a estudiar los clásicos. Sus progresos impresionan a su maestra, quien recomienda que estudie música clásica en Baltimore, pero regresa a la ciudad natal y deja sus estudios.

Formando parte de la banda colegial siente que lo suyo es el jazz. Se deleita escuchando a Basie, Ellington y su admirado Martha Tilton, cantante de la orquesta de Goodman. A mediados de los 40 se muda a New Cork y comienza a cantar con los “Blue Flames”, grupo de la Big Band de Woody Herman y con los Blue Reyes. Pasa a ser cotidiana visitante del departamento de Gil Evans, donde conoce a la crema del jazz neoyorquino: Bird, Miles, Mulligan y Gillespie. No olvidemos que en ese piso de Manhattan se cocinó, ni más ni menos, que “The Bith of the Cool”.
Sigue su carrera cantando y tocando el piano en los clubes del Village hasta que es escuchada por Nicole Barclay (una de las dueñas de Barclay´s Records) quien la anima a viajar a París. Los grupos con la palabra “Blue” le siguen dando suerte: en París es un octeto de cuatro hombres y cuatro mujeres “Les Blues Stars” (quienes más tarde devendrían en los Swingle Singers) integrado, entre otros, por Michel Legrand y su hermana Christiane, con quienes en 1954 graban en francés, con enorme suceso, la versión francesa del clásico de George Shearing “Lullaby of Birdland”–“La legende du pays des oiseaux”. El grupo aparece en la tv francesa y obtiene una propuesta para ir a USA, pero por problemas formales algunos de sus miembros “no obtienen los pasaportes”; con esta idea frustrada, Blossom deja el grupo y en 1955 graba su primer disco como líder de un trío donde sólo toca el piano.
Conoce y trabaja con Annie Ross (cantante inglesa y futura integrante del célebre trío vocal “Lambert, Hendricks and Ross”). También conoce a Norman Granz, dueño del sello Verve, quien la contrata para la realización de seis discos. Entre tanto se había casado con el notable instrumentista belga Bobby Jaspar. Vuelve a los Estados Unidos a fines de 1956 para editar los discos para Verve, todos verdaderas obras maestras grabadas entre 1956 y 1961. En 1966 realiza un viaje a Londres donde toca y graba en el famoso Ronnie Scott´s Club. Johny Mercer compone su última canción especialmente para ella; es invitada a tocar y cantar en la misma Casa Blanca.
Inolvidable en su swing aniñado, Blossom es otra de las leyendas vivientes de la gran era del Be Bop y de la inserción del jazz en Europa.

Discografía recomendada:
Toda. Ya dije que sus discos para Verve son imperdibles pero casi inhallables, con una excepción, lo que grabó en Francia fue editado en nuestro país dentro de la económica y magnífica serie “Jazz in Paris” y creo haber visto en Sibelius uno que grabó para el sello Capitol “May I come in?”

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